sábado, 13 de diciembre de 2008

Oscar Castro Sullivan




“Un afrodisíaco es el aroma de mujer”

Muchos podrían asegurar que su vida era casi perfecta. Sin embargo, nueve meses sin poder pagar servicios básicos y quedarse sin gasolina en la calle, fue una etapa que el chef Oscar Castro logró superar.

Con el aroma a café recién hecho, pan caliente, queso, embutidos, y no podía faltar música salsa de fondo, así logramos encontrar al conocido chef de Buen Día, en su nuevo proyecto incursionando como un nuevo empresario.

Hombre quien adora la vida, cree en la lealtad, en la coherencia, en comer bien y principalmente es convincente en ser un buen hermano y un enamorado de su madre, así responde Oscar a nuestra pregunta.

-¿Y que lo hace creer que es un buen hermano y un buen hijo?

- Mira, estar siempre ahí, no físicamente sino hacerle saber a tu familia que son importante para vos. Porque yo trabajo mucho pero mucho, pero no pierdo el momento para decirle a mis hermanos que estaba pensando en ellos. Igual con mis padres si ellos ven que yo soy buen hermano entonces se sienten orgullosos porque se dan cuenta que hubo buena enseñanza de valores. Me encanta ser detallista en lo que puedo con ellos y me encantaría recordar que el momento que he estado con ellos, ha sido con mucha alegría”, confiesa con una sonrisa que me atrevería a decir que los tenia en su pensamiento.

A pesar de estar “enamorado” de su madre por ofrecerle la vida y heredarle el buen sabor de su cocina, se le hace imposible catalogarla como la persona más importante de su vida, más ahora que Santiago, su hijo de ocho meses de edad, ha llegado a encender una pequeña luz dentro de su hogar.

“¡Juepuchis! Es que es muy difícil… Yo podría poner a Santiago de primero o a mi mamá, pero son cariños diferentes y tienen el mismo nivel de importancia. Entonces yo creo que para mi la persona más importante soy yo mismo, porque tengo que generar seguridad y no quedarme de último en la fila para poder dar lo mejor de mí”.

La televisión o quizás su forma de ser lo han llevado a tener muchas seguidoras de su cocina o tal vez algo más. Sin embargo, él no se queda atrás y entre picardía y su característica sonrisa, no niega ser un enamorado.

-¿Fue muy enamorado o lo sigue siendo?

-( Risas…) ehh… lo sigo siendo. Eso es como el buen gusto no se pierde, no, no, no … Estoy a dieta pero eso no quiere decir, que no pueda ver el menú. Porque a mi no me gustan altas, pequeñas, rubias, morenas etcétera ¡Noooo!, a mi me gustan de todo tipo, porque todas tienen un sexapil especial.

Lo caracteriza la sonrisa picara y detrás de ella se “esconde” un hombre picante tanto así, que no cree en un platillo afrodisíaco pero sí asocia ese término con una buena mirada y el aroma de mujer.

“Así que yo diga: ¡Huyyy… santo mi Dios! Yo le he dicho a una mujer bueno a un par (risas…), que no puedo estar a la par de ellas, porque es una combinación de su propio aroma y el perfume que usa, eso es irresistible. Es como el diablo”.

Mientras que se limitó a responder sobre la cena más romántica que ha preparado para una mujer, luego de llevarnos por una historia significativa para él

-¿Cuál es la cena más romántica que ha preparado para una mujer?

- (Piensa muy bien su respuesta como para evadir la pregunta) ehhh…cuando yo trabajaba en Conchal yo venía a la casa de mi novia y traía de lo que habíamos preparado a lo largo de la semana. Más que romántico, creo que era bonito porque todos compartíamos… jajajaja es que no puedo contarlo…

Por sus venas corre “sangre negra” y el sabroso calipso. De descendencia europea, escocesa y por supuesto jamaiquina este limonense de sepa, confiesa que además de transpirar el Caribe, la cocina que lo vio nacer tiene personalidad, porque no le gusta la comida guasa así como también las personas que no tienen carácter, aunque a él no le guste su forma de ser pero cada quien tiene que tener su propia personalidad.

Este amante del arte culinario gusta del buen sabor de la cocina caribeña y por ello junto con Procomer (Promotora de Comercio Exterior), realizó una gira por varios países del mundo, entre ellos Chile donde precisamente preparó un rice and beans y un pollo caribeño para importantes medios de comunicación y dueños de restaurantes chilenos.

“A mi me da gracia porque la gente ahora dice que rico la comida Thay porque lleva leche de coco y curry y la verdad eso es la comida caribeña de toda la vida. Porque la gente dice que comió comida Thay y Thay es lo mismo que limonense entonces yo digo: Thay… Thay hace años está ahí (mientras su cara se ensancha).

Entre su gran variedad de platillos hay sin duda uno que lo identifica y ese proviene del sabor de una de sus bebidas favoritas: el café. Un tres leches con sabor a café fue la receta que como él mismo asegura, no lo dejó dormir hasta lograr con su mismo paladar el toque final a esa inspiración que al final lleva como nombre Capricho Urbano.

-¿Porqué lo identifica precisamente esa receta?

- Porque es suave, tiene textura, color, olor, es jugoso y es dulce en personalidad.

Como todo ser humano, ha pasado por situaciones positivas y otras no tanto. A pesar de los fracasos comerciales en el pasado y el divorcio de su primer matrimonio, Castro asegura que la peor injusticia que ha vivido fue la que el “mejor amigo” su padre le hizo a este.

“Póngalo así con nombre y apellido Víctor Ruizo Álvarez. Ese hombre le robó la vida a mi papá. Le quitó todo lo que tenía. No nos quitó la casa y una propiedad en la playa porque no estaban a nombre de él. Papi era el gerente de una cooperativa y propuso a don Víctor como presidente del comité y al otro día lo despidió. A ese señor mi padre hasta lo levantó de la calle borracho y siempre le ayudo en toda su vida”.

Sin embargo, el destino los volvió a unir pero ante todo el señorío y la decencia que inculcó su padre Oscar , en su hijo del mismo nombre pudo más que el rencor que sentía por Ruizo.

“Un día nos quedamos solos y él me preguntó: ¿Y cómo está tu tata? Mmm… el falleció hace tres meses. A don Víctor en ese momento quería que se lo tragara la tierra. ¡Le vieras visto la cara! Le dolió porque murió sin poder aclararlo”.

Afirma que para su familia fue difícil asimilar su decisión, pero que al final el odio no es la solución y más bien él que se llamaba ser el “mejor amigo” de su padre , anda ya con su cruz porque al observar a Oscar hijo feliz y en crecimiento es un castigo más del que le espera.

La fama no lo crece

Conocido en sus inicios en la televisión por su frase 100% actitud positiva, confirma que la persona que más se aferraba a ella era él mismo y que se motivaba al máximo luego de que el mismo jefe del programa Giros en Repretel, le expresara que lo que ganaba en ese momento en el hotel donde labora, era muy accesible para ellos. Sin embargo, al llegar a la empresa dejó de recibir ¢ 800 000 dinero que tuvo que invertir dentro del canal porque de ese millón que le ofrecieron cada mes, lo que recibía eran ¢200 000. Aspecto que lo llevo a la quiebra total a tal punto de no poder pagar los recibos de su casa y de aceptar dinero prestado de un compañero de trabajo.

“Aunque yo estaba pasando por esa situación la gente no entendía que yo pasaba riéndome y bailando, lo que pasa es que estaba motivado. Porque que iba a hacer (lo dice con tono de pregunta), ponerme a llorar ¡Noooo…! tenía que ponerle, para eso me pagaron ¡OK! ahora sí sonría, baile, grite, cante, hago lo que tengo que hacer porque para eso me pagaron”.

Sin embargo, sus inicios en la pantalla chica no iniciaron ahí. Un día al estar atendiendo una tienda de discos propiedad de su hermano, llegó el director del desaparecido programa ¡Aló! ¿Qué tal? José Mairena, con quien entabló una conversación, a tal punto que lo invitaría a su programa. Aunque en ese momento esa revista tenía su propio chef, quien era Luis Guillermo Castro este salió del país a una capacitación y cuando regresó su cocina no había sufrido su ausencia ya que la sal y pimienta de Oscar Castro se había apoderado de ella. Con la cual compartió tres meses y medio tras su cierre.

“Ese programa para mí significó grandes cosas entre ellas realizar un sueño de toda mi vida y salir de una depresión a causa de un divorcio. Llegue a tener la autoestima tan baja que ahí me di cuenta lo que valía y que podía lograr mis sueños”.

Tras su paso por Giros, del cual muchos creían que su vida eran solo sonrisas y baile, detrás de todo eso las cosas no marchaban tan fáciles. Todo pintaba “perfecto” ante miles de televidentes más aún, el dejar de trabajar de un hotel guanacasteco para integrarse a la televisión, solo significó constantes luchas a nivel económico.

El dejar de recibir cada mes ¢800 000 durante dos años y medio lo llevo a una quiebra monetaria sin embargo, convirtió el nombre de Oscar Castro en una marca como él mismo se lo propuso ante importantes ofertas de marcharse a Buen Día contratado por el Grupo Nación.

“Yo algo que tengo en mi memoria son mis palabras textuales: no me voy a ir, más bien me quedo en Giros y le pongo más para hacer un nombre más fuerte. Mi trabajo nunca fue remunerado como los demás presentadores y creo que en ese momento yo era quien ponía la “carnita”, y no lo digo yo lo dicen los números y esta es la primera vez que hablo de esto, porque en una entrevista sé que fui poco elegante con un periodista, que fue desleal conmigo y eso me costó mi pre-aviso. Además de que a ellos siempre los ha caracterizado la poca elegancia”.

Ante la pregunta de muchos sobre el porque de su despido de Giros, confiesa que a él en ningún momento lo despidieron y que más bien vió que ya había hecho su inversión y por eso no dio marcha atrás al presentar su renuncia (en ese momento busca entre su ipod, en donde almacena desde salsa hasta música folklórica).

-Oiga, (mientras canta una de las estrofas) tómame como me doy….

- ¿Porqué le gusta? Le pregunto de inmediato.

-Me gusta porque le estoy cantando una canción a alguien que habla que no quiero aparentar nada por estar con ella. Soy lo que soy, que él viste para la ocasión porque todos los días anda aparentando (imposible no tomarlo como indirecta, cuando ese día optó por olvidarse del uniforme de chef y decidió por un buzo azul, camiseta gris bien identificada con una caricatura referente a la cocina y sandalias de hule). Mientras recalca: existe siempre una razón escondida en cada gesto de lo derecho y lo revés, no es solo lo que anda puesto…

Este loco de las ollas y los sartenes ante su gusto por la música manifiesta que su canción preferida la ha cantado una 500 veces y lo más extraño es que no se la canta a nadie en especial.

- Ahora le voy a poner la canción más importante de mi vida se llama Contame alguna mentira (mientras de inmediato suena la dulce melodía). ¿Nunca la ha escuchado?

- No…respondo.

- Ahh… no… una botella de vino aquí… después no respondo ( risas…). Esa canción la canté unas 500 veces a grito pelado. Es demasiado buena porque el mae le dice que se equivocó que vuelvan otra vez.

Las recetas son sin duda perseguidas por muchas amas de casa y también por hombres que gustan de este arte, pero lo que ha identificado su espacio es sin extrañar, el sabor que logra inyectar con la música y por eso cataloga que si la música no existiera todas sus recetas fueran un bostezo.

“Me pasó en Puerto Rico que antes de dar una clase puse una canción que se llamaba Las Tumbas y resulta que me puse a cantar y dice así: de las tumbas quiero irme… y entonces cuando terminé eran como 60 chefs y todos al mismo tiempo cantaron: no sé cuando pasará… ¿Cómo crees que empezó esa clase? Preciosa… y entonces después me preguntaron sobre mi visita a Puerto Rico y yo respondí que esperaba que fuera la primera y la última, porque no me quería venir”.

Aunque fue parte de la delegación tica en el pasado mundial Alemania 2006 precisamente no uso tacos de fútbol, más bien los sustituyo por su uniforme de cocina ante cientos de europeos, al ser parte del “Costa Rica Arena” en tierras alemanas, con el fin de difundir más la cultura costarricense. Aunque varios de sus colegas presentaron ofertas ante Procomer para asistir a la Copa Mundial fue Oscar el que logró obtener el aval, ya que él mismo propuso la idea.

“La gente no se imagina la bretiada, porque es ir y ponerse la camisa de una empresa. Muchos van solo a hacer su trabajo, yo fui a hacer el mío y hacer lo que tenía que hacer. En una clase habían como 90 personas alrededor de mi mesa y de aquí fue un grupo que se llama Costa Rica Linda es un grupo típico y entonces cuando vieron que estaba cocinando empezaron a tocar calipso y en todo Alemania comenzaron a bailar. En mi cada dicen que comenzaron a llorar porque estaba transmitiendo en vivo para Giros. Fue súper emocionante, no puedo explicar como me sentía”.

No solo ha sido la televisión y su escuela de artes culinarias, Castro también ha incursionado en las letras, al poseer tres libros suyos. Estabilidad económica es lo que logró con su primera publicación Salzonando con Oscar ,con el que vendió 3000 copias que le generaron una inyección a su capital. Su segundo libro el cual lleva como nombre Salzon y Arte significó el entorno inadecuado a nivel laboral y el tomar la decisión de dejar en el pasado su paso por Repretel. Mientras que LG, vino a ser la inversión completa en su nuevo negocio (escuela) del cual vendió 20.000 ejemplares el primer día de su lanzamiento al mercado.

Ahora tres nuevos proyectos están en mente de Oscar Castro, precisamente dos libros y una nueva oportunidad televisiva que llevará como nombre “La vaina es así” por canal 33. Mientras concluye que la única persona que le dice a él si regresa a Giros es su amigo y compañero de trabajo Edgar Silva y que regresaría porque es un profesional en su campo.

Sus conocimientos van más allá

Hijo, hermano, padre y chef de televisión Oscar Castro combina sus facetas con su nueva escuela gastronómica: O’Sullivan Culinary.

Una sencilla casa que se convirtió en su nuevo negocio, donde en la fachada permanecen dos fotografías suyas, una en ambos lados se le hace imposible a cualquiera pasar por ahí y no identificarlo.\

Se caracteriza como exigente, perfeccionista pero abierto, receptivo y proactivo con sus alumnos con quienes comparte a lo largo de la semana. El ser exigente lo retoma con que le gusta que los estudiantes asistan a todas las clases, que no pierdan el dinero invertido, que son solo ocho meses de su vida, que es un momento único.

Ante las oportunidades que se les pueda presentar a los graduados de O’Sullivan Culinary, dice que desearía que todos fueran empresarios y que todo dependa de su actitud porque cada uno de ellos no hablan con el título sino con su trabajo.

Finaliza con que nunca olviden servir cada manjar con una sonrisa y que mantengan el horno 100% actitud positiva.

En carne propia

Nombre completo: Oscar Castro Sullivan.

Padres: Oscar Castro y Mauren Sullivan

Hermanos: siete

Edad: 39 años

Pasatiempos: ver tele, contar chistes y tomar un buen café en calidad y cantidad.

Más a fondo.

Cocina: Pasión

Gente: Palabra que se aplica a muchos individuos y que desearía que todos fueran hijos de Dios.

Música: Motor de mi vida, aroma a mujer, traición, amor, pasión y excelente invitación a vivir, através de múltiples acordes y ritmos.

Dinero: Motivador para desarrollar ideas y proyectos. La necesidad del mismo crea infinidad de funciones y tareas.

Fama: Se adquiere a partir de ser conocido e iniciar a cometer aciertos y errores que mantienen a algunos en primeras planas, con buenas, malas e inadecuadas noticias provocadas por el individuo mismo.

Familia: Cobijo, amistad, amor, lealtad y deseos de estar siempre rodeado de ella viéndola crecer.

Ambición: Necesaria para proyectarse y evolucionar positivamente en el mejor de los casos. En el peor de los casos. el inicio de una catástrofe humana de quién ambiciona crecer inclusive sobre el mal de los demás.

Televisión: Vicio irrenunciable a ver, palpar, aprender y también estar ahí compartiendo mis conocimientos como norma de urbanidad.

Mujer: Desde mi madre, hermanas, sobrinas, abuelas, amigas, novias y ex, son como el eje conductor de nuestros principios, ambiciones, destrezas y desengaños: VIDA.

Meta: Ser como mi madre me ve, como mi novia añora y como mi hijo merece, a corto, mediano y largo plazo. Con éxito compartido con mi familia, viendo a todos crecer espiritualmente.